"Y la Tienda de la Reunión viajaba en el campamento de Leví en medio de los campamentos..." (Bamidbar 2:17)
Entra a cualquier sinagoga. ¿En qué lugar se encuentra la bimá, el gran atril en el que se lee la Torá? En el centro.
¿Por qué no está a un costado? Cuando los Hijos de Israel viajaban por el desierto, la Tienda de la Reunión viajaba dentro del campamento de Leví, que estaba justo en el centro del campamento. La Tienda de la Reunión se encontraba allí debido a que dentro de la Tienda de la Reunión estaba el Arón, el Arca Sagrada donde se guardaba la Torá.
La Torá tiene que estar en el centro. No está más cerca de una persona que de otra, ni más lejos de una persona que de otra. Cualquier judío puede estar tan cerca de la Torá como cualquier otro.
Del mismo modo, el Árbol de la Vida estaba plantado en el centro del Jardín del Edén. La Torá es llamada el Árbol de la Vida a aquellos que la sostienen. Las manijas con las que la asimos se llaman "Etz ha Jaim", el Árbol de la Vida. Las manijas están en el centro de cada uno de los rollos, así como el Árbol de la Vida estaba en el centro del Jardín del Edén. Y la Torá es el centro de la vida del judío. Si la mueve a un costado, relegándola a ser un pasatiempo de fin de semana, pierde todo el equilibrio y sentido de la vida. El materialismo enseguida se encarga de llenar el vacío que quedo al dejar "a un lado" a la Torá.
La Torá exige concentración. Debemos concentrarla en el centro de nuestra vida. Pues ella es el corazón de nuestra fe. Y así como del corazón surge la vida misma, por lo que su sitio se encuentra en el centro del cuerpo, la Torá se encontraba en el centro de los campamentos de Israel. El corazón bombea la sangre a todas las extremidades del cuerpo por igual, sin discriminación, sustentando así a todos los miembros. La Torá Sagrada bombea la fuerza vital del judaísmo a todos los miembros del pueblo judío, sin discriminación, no importa quienes sean.
(Jafetz Jaim)