MECHAS O VELAS
Estrictamente hablando, la Janukiá (candelabro de nueve brazos) se puede encender con cualquier aceite, así como también velas de cera o parafina.
· Sin embargo, es preferible hacerlo con aceite de oliva.
Esta preferencia se debe a tres motivos: a) este aceite es mejor absorbido por la mecha, b) la luz que emite la mecha encendida con este aceite es más clara, c)el milagro que conmemoramos sucedió con aceite de oliva. Si bien en nuestra época las velas de cera o parafina son de excelente calidad y su luz hasta puede ser más clara que la de las mechas encendidas con aceite, el tercer motivo no deja de ser importante, por lo cual la costumbre preferencial continúa siendo optar por dicho aceite (Mishná Brurá 673:4).
· En caso de no contar con aceite de oliva, en orden de preferencia sigue cualquier otro aceite de buena calidad y, por último velas (Ibíd.).
· Respecto de las mechas, las de mejor calidad y por consiguiente las preferibles, son las de algodón o lino (Ibíd. 2).
· La Halajá no exige encender cada noche con mechas nuevas.
Es más, según algunas opiniones es preferible reusar las utilizadas, debido a que encienden con más facilidad que las nuevas (M. Brurá 673:31).
LA JANUKIÁ (candelabro de nueve brazos)
En rigor, no es necesario utilizar una Janukiá: se puede encender
las mechas (o velas) sobre vasitos o cualquier otro recipiente respetable (quedando excluidos aquellos que no lo son, como por ejemplo cáscaras de huevos o similares, ver Shaaré Teshuvá 673:8) y disponerlos en forma pareja uno al lado del otro, separados por una distancia mínima de dos centímetros (Mishná Brurá 671:18).
La ventaja de poseer una Janukiá, además de lo estético, es que estas generalmente cumplen con el requisito de mantener las mechas a una distancia pareja y a la misma altura. De no tener una Janukiá y no existir dicha distancia mínima, las mechas de estar muy próximas podrían confundirse con una antorcha.
En cambio, con la Janukiá (según varias opiniones), aunque no exista tal distancia, el que vea esa disposición de mechas, entenderá que no se trata de un candil cualquiera, ni de una antorcha, sino de algo inusual y con un objetivo específico.
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