En cierta ocasión Rabí Ezra Hamui, de Aleppo, Siria, oyó a dos hombres hablando en la Jazará (repetición de la amidá).
Decidió reprochar sin ofender a los conservadores; en su siguiente discurso dijo el siguiente Mashal (parábola):
Se encontraron el Yétzer hatob (la inclinación hacia el bien) y el Yétzer hará (la inclinación que induce al mal) y uno le propuso al otro, "siempre nos peleamos por la misma gente, es una pérdida de energía estar siempre en pugna. Yo ataco a la gente en cierto territorio y tú en otro, así no tendremos más disputas entre nosotros".
Éste es el acuerdo que pactaron: Los centros de estudio de Torá y las sinagogas serán territorio del Yétzer hatob, mientras que los cafés y los cines estarán bajo el dominio del Yétzer hará.
Todo funcionó bien hasta que un buen día el Yétzer hatob encontró al Yétzer hará en su territorio, le dijo, "tenemos un acuerdo, ¿qué haces en la sinagoga?".
Le respondió el Yétzer hará, "tienes razón, parece un Bet Hakneset, pero, oye, mira, la gente está hablando, hacen chistes, cuentan chismes, se ríen frívolamente, hablan de negocios y cuentan lashón hará... no creo que esto sea una sinagoga... ¡es mi territorio!"
Así concluyó R. Hamui su discurso, la gente comprendió... ¿también comprendemos nosotros?
Celular en el Bet Hakneset:
Últimamente, el Yetzer Hará ha encontrado la manera, de que cada uno de nosotros lo introduzcamos al Bet Hakneset, con nuestro consentimiento. ¿Cuántas veces no hay alguna persona estudiando Torá, concentrado en su Tefilá, o escuchando alguna clase de Torá; y en ese preciso momento, suena el celular y la persona se desconcentra, el otro deja de estudiar y por último, hace Bitul Torá con varias personas.
No es correcto para la gente que se tarda en concentrarse y se esfuerza para estudiar con constancia, en que a la mitad de su esfuerzo, suene un celular de otra persona y estos provocan un mal en la gente; el tiempo que se interrumpió (esos pocos segundos) nunca volverán, y el Bitul Torá que se hizo, no se podrá regresar.
No es correcto para la gente que se tarda en concentrarse y se esfuerza para estudiar con constancia, en que a la mitad de su esfuerzo, suene un celular de otra persona y estos provocan un mal en la gente; el tiempo que se interrumpió (esos pocos segundos) nunca volverán, y el Bitul Torá que se hizo, no se podrá regresar.
Salomon Michan M.
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